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La pureza puede ser un tema delicado para algunos, especialmente por la manera en que la cultura de la iglesia y la cultura afuera de la misma la han convertido en algo que nunca se pretendió que fuera.   

 Antes de profundizar en las formas prácticas de ayudar a tu hija a caminar en pureza, asegurémonos de tener los cimientos correctos para construir. Al enseñarle a tu hija los preceptos de Dios, es importante enseñarle el corazón de Dios detrás de ellos. Verás, enseñar sin explicar los por qué, los cómo o los beneficios detrás de cada uno de Sus principios puede hacer que ese conocimiento se vuelva superficial y, como consecuencia, ella no podrá formar sus propias convicciones.

Enseñar sin explicar el corazón de Dios detrás de Sus reglas podría llevarla a vivir una vida legalista y religiosa a costa de una relación íntima con Cristo. Si conoce a Dios, llegará a amarlo más fácilmente y, como resultado, seguirá sus mandamientos por confianza en su naturaleza.

Así nos enseñó el apóstol Juan. Juan podría ser uno de los mejores ejemplos en la historia de alguien que entendió la naturaleza amorosa de Dios. En 1 Juan 3: 1-3, la exhortación de Juan a vivir una vida pura comienza con la verdad y la esperanza del gran amor que Dios tiene para nosotros y su bondad. Solo después de que Él explica estas verdades, se permite animarnos a vivir una vida pura. Observe que dice: “Todos los que tienen esta esperanza en él se purifican a sí mismos, así como Él es puro”.

Juan nunca basó la pureza en una regla, sino en el amor. Él basa una vida pura en la esperanza de la bondad y el amor de Dios e incluso afirma que, si amamos a este Dios, es obvio que querremos estar cerca de Él. Como un automóvil te ayuda a acercarte a un ser querido que vive lejos, la pureza es el vehículo que te acerca a Dios.

No vivir una vida de pureza le roba a tu hija lo mejor de Dios para ella. Dios odia el pecado porque le hace daño a ella y a otras personas a su alrededor. En la Biblia, la palabra griega para pecado es hamartano, que significa “no dar en el blanco y por ende, no compartir el premio”. El premio de vivir de acuerdo con la verdad de Dios es las bendiciones indescriptibles que Él derramará en una vida que lo obedece. Eso es exactamente lo que Jesús quiso decir en Su sermón del Monte cuando dijo: “Bienaventurados los de corazón puro” (Mateo 5: 8). La palabra griega para bienaventurado significa literalmente feliz. Describe a un creyente en una posición envidiable y “afortunada” de recibir las provisiones y el favor de Dios. Obedecer a Dios en última instancia nos lleva a vivir una vida llena de gozo y las bendiciones de Dios. ¡Enséñale que Dios desea bendecirla!

Una vez que le hayas explicado los por qué y los beneficios, estas lista para enseñarle  cómo hacerlo. Vamos a remanguemos nuestras mangas y profundizar en las formas prácticas de enseñarle a tu hija cómo vivir una vida de pureza:

1. Enséñale que la pureza es un proceso.

Muchos creen que podemos perder nuestra pureza, pero la Biblia dice que nacimos sin ella. El Salmo 51: 5 dice: “He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.” No podemos perder lo que nunca tuvimos, sino que la pureza es algo que podemos obtener y solo a través del sacrificio de Cristo. Dios nos hace puros a través de su Hijo, pero nuestras almas están en continua contaminación por las tentaciones. Enséñele que seguramente se equivocará y que tendrá que venir a Cristo en arrepentimiento cada vez que lo haga. Al hacer esto, Cristo volverá a purificar su corazón. Y eso nos lleva al segundo punto.

2. Enséñale que la pureza comienza con Cristo.

No hay nada en nosotros que pueda hacernos caminar en pureza, solo su gracia nos capacita para hacerlo. Ya no estamos bajo la esclavitud del pecado, sino que a través de Su gracia, tenemos todo lo que necesitamos para vivir una vida piadosa. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,” (Tito 2: 11-12). Enséñele que el Espíritu Santo es el único que puede enseñarla a vivir una vida pura. Y el profesor no puede enseñarte si no vas a clase. ¡Enséñale a sentarse en la presencia de Dios, enséñale a pasar tiempo con Él!

3. Enséñale que la pureza es una cuestión del corazón.

Por mucho que ella quiera vivir una vida pura, sus actos nunca serán puros si su corazón no lo es. Jesús dijo en Mateo 23:26: “Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.” Del mismo modo que su ropa limpia y fresca se ensuciaría si la usara inmediatamente después de un día sudoroso jugando afuera, así sus acciones serán contaminadas por un corazón sucio. Entonces, ¿cómo mantiene ella un corazón puro?

“¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. “(Salmo 119: 9). ¡Enséñele a leer, memorizar, meditar y finalmente a permanecer en la Verdad! Ella no podrá tomar decisiones puras si no sabe lo que es puro. ¡Ella necesita saberse la Palabra de Dios!

Tiempo de chicas 

¡Tenga un día de spa con su hija! Compre o haga mascarillas faciales purificadoras, y mientras espera que la mascarilla se seque, hable con ella sobre los puntos mencionados anteriormente. Demuéstrele que así como es importante limpiarse para protegerse contra las impurezas físicas, también es importante hacer lo mismo con su corazón usando las escrituras. Terminen memorizando la Verdad juntas. Sugiero el Salmo 51:10!


Otra manera de pasar tiempo con tu hija es a participando del Tour la fiesta púrpura de Dannah Gresh. Es una experiencia de conexión madre-hija basada en la fe. Este evento de 2 horas y media presenta un desfile de modas que se enfoca en la modestia y la verdadera belleza, enseñanzas profundas de la Biblia, adoración en vivo con Arisa Vargas e historias que ayudan a las niñas de 7 a 14 años a abrazar su identidad en Cristo, la verdadera belleza y la modestia. Increíbles esculturas de globos y tiempos de conversación madre/hija hacen que la noche sea inolvidable.

Biografía del autor

Lisa Yabra es de la República Dominicana y es licenciada en psicología clínica. Ella usa su amor por la enseñanza y la escritura para ayudar a las mujeres de todas las edades a vivir en la libertad de la verdad de Dios. Lisa es parte del equipo dominicano de True Girl (Chica verdadera), donde lucha contra el embarazo adolescente y el tráfico sexual y reducir la ausencia de padres y los matrimonios rotos. Ella es profesora en la gira Chica verdadera en la República Dominicana y escritora colaboradora de los blogs de este ministerio.


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