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Por Lisa Yabra

Cuando se trata de retos emocionales, es normal que quieras lanzarte a ayudar a tus hijos, tan pronto como ves cualquier necesidad, pero primero debemos mirar dentro ¿estamos nosotras sanas emocionalmente? En este nuevo año, todos experimentaremos retos de diferentes maneras. Tu hija también lo hará. ¿Cómo vas a enfrentarlos? ¿Cómo la enseñarás a que ella los enfrente?

Recuerdo una frase que mi profesora universitaria me enseñó mientras estudiaba para ser Psicóloga Clínica. “Las personas que viven en el pasado, usualmente experimentan depresión, las personas que viven en el futuro, usualmente experimentan ansiedad.” 

Hoy te pregunto, hermana, ¿Dónde está puesta tu mirada hoy?

Un artículo titulado El costo del COVID en la salud mental: cómo los científicos están rastreando un aumento en la depresión, publicado por la revista científica Nature, reporta que antes del Covid, específicamente en el 2019, un 11% de los adultos de Estados Unidos reportaban síntomas de ansiedad y depresión. Sin embargo, luego del 2020 esta tasa aumentó a un 41%. ¡Esta suma aumentó casi 4 veces! 

En tiempos difíciles, es fácil tener nuestros ojos en la vida antes de que la adversidad llegara. Podemos tener nuestra mirada en el pasado, en ese familiar que ya no está, esos planes que no pudimos realizar o esas actividades que amábamos hacer o podemos tener nuestra mirada en el futuro, en las consecuencias que quizás este reto o adversidad pueda traer.

Vuelvo y te pregunto, ¿Dónde está puesta tu mirada hoy? y ¿Qué tal tu hija? ¿Dónde está puesta su mirada? Usualmente seguirá la tuya. Así que asegurémonos de tenerla en el lugar correcto. 

El Salmista nos da una gran lección en Salmos 127:3-4:

Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado. Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.

Aún su vida corra peligro de cualquier tipo, el salmista propone en su corazón la determinación de buscar al Señor, morando en Su presencia y contemplando Su hermosura. 

No sé tú, pero en este tiempo se me ha hecho difícil contemplar la hermosura de Dios, y creo que no soy la única. Y creo que esto se debe a que a menudo estamos dando un vistazo a Dios y contemplando las cosas o circunstancias de este mundo. 

Mi hermana, nuestros ojos deben contemplar a Dios, recordar que Él está sentado en Su trono y que el cielo gobierna. Y por consecuencia, darle solo un vistazo a las circunstancias de este mundo sin que realmente puedan impactar negativamente nuestras almas, porque si nuestra alma se enferma, nuestras hijas sufrirán también. 

¡Levantemos nuestra mirada al cielo! 

Tenemos varios ejemplos de personas en la Biblia que levantaron sus ojos. 

  1. Abraham: Durante un momento de mucho temor, Dios recuerda a Abraham sus promesas pero lo hace salir de su tienda y le manda a poner su mirada al cielo. (Génesis 14 y 15).
  2. El rey Nabucodonosor había puesto su mirada… pues… en sí mismo. Y esto lo llevó a incluso desarrollar algo como una esquizofrenia. Sin embargo, en Daniel 4:34 vemos lo siguiente: “Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades.” ¿Cómo fue devuelta su razón y estabilidad mental? Poniendo al levantar sus ojos al cielo. 
  3. Nuestro mayor ejemplo: ¡Jesús! Nuestros Señor alzó sus ojos al cielo antes de realizar alguno de sus más grandes milagros. Al resucitar a Lázaro (Juan 11:41-44), al realizar el milagro de los panes y los peces (Mateo 14:19). Y al realizar el mayor y más importante milagro, por el gozo puesto delante de Él, sufrió la cruz por ti y por mi.

Hebreos 12:1-2

 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

La única forma de reír del por venir es vivir en el presente con los ojos puestos en nuestro Dios sentado en Su trono. Ánimo, no importa lo que tus ojos puedan ver en esta tierra, el cielo gobierna.


4 responses to “¿Atascada en el pasado o en el futuro?”

  1. Paola Andrea says:

    Que palabra tan apropiada para los tiempos que vivimos, he experimentado ansiedad, pero en medio del proceso se que solo hay una solución y es que nuestra vida este centeada en Dios, que nuestros pensamientos sean llenos de sus palabras y no los dejemos volar sin rumbo. Esto ha sido muy bueno para mi y ha cambiado el espiritu angustiado por el gozo de su salvación. Alabado sea nuestro Dios!!

  2. Lisa Yabra says:

    Que gozo leer tu mensaje, Paola. Oro para que nuestro eterno Dios te llene de Su paz mientras tus pensamientos perseveren en Él.

    Abrazos,
    Lisa

  3. Ed mizpa says:

    Mirarte solo a ti Señor… Que ese sea siempre el deseo de mi corazón.

  4. Lorena says:

    Que sabias palabras muy acertadas acorde a la palabra y que buena reflexión !! Vivir en el presente puesta la mirada en Jesus, El Señor tiene el control , Dios Soberano !!

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