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Por Dannah Gresh

La anorexia solía ser un trastorno alimentario que afectaba en su mayoría a las jovencitas adolescentes, generalmente bailarinas o atletas que buscaban llevar su cuerpo al máximo en búsqueda de una supuesta “excelencia”. Sin embargo, ahora está afectando a niñas de 9 a 12 años, e incluso han habido casos de niñas de 7 años diagnosticadas clínicamente. ¿Qué está pasando con nuestras niñas? ¿Cómo es que se ha torcido tanto su percepción sobre la belleza y la confianza?

“En los últimos dos años, realmente hemos tenido que agregar una pista de tratamiento adicional
para ayudar a los niños de entre 9 y 11 años”.

Eso es lo que comentó Margaret Kelley, directora de enfermería clínica del programa de tratamiento de trastornos alimenticios en The Children’s Hospital en Denver. La Asociación Nacional de Trastornos Alimenticios de los Estados Unidos encontró que: 

  • El 42% de los niños de 1º a 3º grado de primaria desearían estar más delgados.
  • El 81% de los niños de 10 años tienen miedo de engordar.
  • El 51% de las niñas de 9 y 10 años dijeron que se sienten mejor consigo mismas cuando están a dieta. 

¿Te preguntas si tu hija podría estar cayendo en la trampa de un trastorno alimenticio? Presta atención a las siguientes señales:

Pérdida de peso, uso de ropa holgada, caída de cabello, aumento en los cambios de humor, perfeccionismo, aumento del deseo de hacer ejercicio, jugar con la comida, idas frecuentes al baño (especialmente después de una comida), frío constante, mareos y dolores de cabeza, diálogo interno negativo y más conversaciones acerca de la comida, la alimentación, el ejercicio y la imagen corporal. 

Si ves alguna de estas señales en tu hija, habla con ella de inmediato. Ten presente que ella probablemente estará a la defensiva y negará la situación. Ofrécele apoyo y transmítele seguridad en lugar de condenación y miedo. Los trastornos alimenticios pueden surgir por diversas razones. Si bien la imagen corporal es la razón en la que pensamos con mayor frecuencia, las niñas que son perfeccionistas y se encuentran en una etapa difícil en casa o en la escuela pueden permitir que su estrés se manifieste en la necesidad de “controlar” la situación. Cuando todas las demás situaciones están fuera de control, lo único que puede controlar es su comida. 

Si tú y tu hija están peleando la batalla contra la anorexia, toma en cuenta que tus palabras son poderosas: 

  • Examina tu corazón. ¿Cuál es tu actitud con respecto a la comida? ¿Te escucha hablar de forma negativa sobre ti, sobre tu peso o sobre otras personas con sobrepeso? Ella te escucha atentamente y observa todo lo que dices y haces. Confiésale si has errado tus pensamientos en cuanto a la belleza y la imagen corporal, y juntas recurran a las Escrituras en busca de la verdad de Dios sobre la belleza. 
  • Concéntrate en los sentimientos y las relaciones, no en la comida. Recuérdale a tu hija los momentos específicos en que comenzaste a preocuparte por sus hábitos alimentarios. Explícale que tú crees que estos signos apuntan a un problema mayor. Evita las declaraciones acusatorias que puedan ponerla a la defensiva y mira dentro de su corazón. La anorexia es a menudo un grito de ayuda. Saber que te preocupas por ella, y no por la comida, será un consuelo.
  • Ayúdala a ser fuerte. Establece límites coherentes y cariñosos para tu hija. Aprende a responder con paciencia y gracia cuando ella quiera saltarse una comida o “comer sola”. Trabajen juntas para establecer metas realistas, ya sean pesajes semanales o calorías por día. Mantente firme cuando las súplicas de “No me obligues… te prometo que se detendrá”, lleguen a la conversación.
  • Muéstrale la verdad. Pasen tiempo juntas en las Escrituras. Dios tiene la primera y la última palabra en todo lo que hacemos (2 Corintios 5:13-14). Averigüen lo que Él tiene que decir acerca de la belleza, la perfección, el estrés, el control y la confianza. Fomenta la autoestima sin enfocarte en la belleza. Ayúdala a encontrar formas de expresar sus sentimientos: estrés, temor, ansiedad, control o cualquiera que sea su emoción subyacente. Dale un diario. Tomen juntas clases de pintura o cerámica. Anímala a tocar un instrumento. Dale algo a lo que pueda recurrir como una salida.
  • Deshazte de la culpa. Recuerda que no es tu culpa. Los padres suelen sentirse responsables del trastorno alimenticio de sus hijos. No olvides que es algo sobre lo que realmente no tienes el control. Abandona el juego de la culpa y avanza en la búsqueda de sanidad sin quedarte estancada pensando en lo que “podrías” o “deberías” haber hecho.
  • Ora, por ella, con ella y con otros por ella. “La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos” (Santiago 5:16).

 ¡Tu hija es más que vencedora! (Romanos 8:37) Incluso si esto no es algo con lo que tu hija esté batallando en este momento, es probable que una de sus amigas sí lo esté. Como mamás de chicas verdaderas, queremos comunicarnos con nuestras hijas sobre temas como este antes de que lo haga el mundo. Habla con ella. Pregúntele si alguna vez ha considerado hacer dieta. ¿Alguna de sus amigas está a dieta? Abre las líneas de comunicación antes de que esta sea una batalla que tengas que pelear.


One response to “¿Cómo le hablo a mi hija sobre la anorexia?”

  1. Damaris says:

    Wooo que palabras más sabias las bendigo por hacer posible esta reflexión soy mamá de 4 niñas y no saben la herramienta especial que es para mi Chica verdaderah

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