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Por Cecilia Niebla

¿Te imaginas si Dios hubiera basado su amor por nosotros en nuestro peor diagnóstico, el pecado? No seríamos dignos del amor puro y sacrificial que mostró en la persona de Cristo. Sin embargo, Romanos 5:8 nos muestra el corazón de Dios, quien mostró su amor para con nosotros, qué aun siendo pecadores, Cristo murió por nosotros. 

¿Cómo pueden las madres, alentar a las hijas a amar sacrificialmente a un hermano con un diagnóstico de discapacidad? ¿Cómo podemos alentar a los demás a mostrar el mismo amor sacrificial que Dios muestra por nosotros?

Como persona con una discapacidad, quiero compartirte algunas enseñanzas que he aprendido junto a otras madres que tienen una situación similar en su familia. Mientras las lees, ora al señor para que el Espíritu Santo te guíe a enseñarlas a tu hija para aplicarlas con su hermano con discapacidad.

  • Todos somos portadores de la imágen de Dios y tenemos a nuestra disposición la persona perfecta. Tenemos al pan de vida, la luz que alumbra nuestras dudas, el camino a seguir, la fuente de agua viva eterna; JESÚS y tenemos la guía de la palabra que hace sabio al sencillo.
  • Amar a otros como a uno mismo es un mandato de Dios y porque hemos sido amadas primero por Él, podemos amar a otros. 
  • La comunicación entre los miembros de la familia y la oración constante es clave para poder modelar las riquezas espirituales del evangelio en la vida práctica de una familia con un miembro con discapacidad.
  • Todos necesitamos amar y ser amados. 
  • Todos dependemos de Dios, desde el jardín del Edén. Necesitamos a Dios y, nos necesitamos unos a otros, incluyendo a hermanos con discapacidad. 
  • El amor da y sirve con sacrificio. Pensando en el bien del otro. 
  • Un diagnóstico médico o discapacidad podría llegar a la vida de cualquier persona en cualquier momento. No es algo que elegimos. 
  • La discapacidad no es algo de que avergonzarnos ni temer.
  • Venzamos el pecado en nuestro corazón. Nuestro corazón se inclina a ser egoísta, vanidoso, orgulloso, egocéntrico y se inclina hacia nuestra comodidad y deseos pecaminosos.  
  • Es normal que surjan preguntas, dudas, frustraciones y tristeza sobre la realidad de cómo amar y vivir con un hermano que tiene algún diagnóstico médico. 
  • Todos tenemos valor y dignidad dada por Dios que nada ni nadie puede disminuir o quitar. Y esto incluye la discapacidad.  
  • Ayuda mucho el entender la etapa de desarrollo en la que está el hermano con discapacidad y mostrarle gracia, amor y misericordia. 
  • Conversen sobre los retos que viven como familia en un mundo quebrantado por el pecado, poco accesible, empático e inclusivo. 
  • Como madre, muestra tu necesidad de Cristo en todo tiempo y vulnerabilidad en que no lo sabes todo. Esto les mostrará que están aprendiendo a caminar juntos de la mano de Dios.  
  • Ser honesta y admitir cuando necesitas ayuda y apoyo de tus hermanos en la fe.  
  • Crear una red de apoyo: conectar con otras familias en situación similar.
  • Nutre la relación con tus hijos individualmente y entre ellos como lo que son, hermanos. 
  • Enseñarle que su hermano con discapacidad ante todo es PERSONA. Digna de ser amada y capaz de dar amor. Esto es porque Dios así nos ha creado. Para reflejar quién es El, amor.
  • Celebra la vida de tus hijos. Cada uno como individuos y como miembros de su familia. Celebra lo que sí pueden hacer como familia y como individuos. 
  • Lean juntos las historias de los evangelios en que Jesús se interesaba por las personas vulnerables de la sociedad y en necesidad. Les importaba ellos y sus almas, y no solo su diagnóstico médico. Puedes empezar por Juan 9:1-35. 
  • Recuerda que todos tenemos límites e incapacidades.
    Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios. (2 Corintios 3:4-5)

¡Ánimo en tu caminar discipulando el corazón de tu hija!

Sé valiente en ser quebrantada y clamar al Padre por sus fuerzas porque todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. En Cristo somos renovadas. Tus hijos pueden aprender a amarse mirándote a ti siguiendo el ejemplo de Cristo. Sigue creciendo en tu dependencia y deleite en Jesús. Ellos verán que su madre está siendo cambiada de adentro hacia fuera por el poder del evangelio. Confía en que Dios te está capacitando para ser la madre que le glorifica en su amor por sus hijos. 

Si tienes un hijo con discapacidad, hermana, no estás sola en este caminar. Te comparto las siguientes palabras de otras madres que viven un contexto familiar similar al tuyo, con ideas para alentar a tu hija a amar a su hermano o hermana con una discapacidad. 

Lourdes de Ecuador:

“Le dije a mi hija: apaguemos las luces. Ahora cerremos los ojos, tapemos nuestros ojos con un pañuelo y vamos a caminar dentro de nuestra casa por esos espacios que tu hermano Carlos anda a diario”. Esto me contaba Lourdes sentada en el sofá con su hija típica y su hermano Carlos, quien quedó ciego a los 4 años. Con amor y paciencia fue llevando de la mano a su hija por el mundo de su hermano. Ya han pasado más de 14 años y su hija ama a su hermano Carlos. Lo entiende, disfruta de su relación de hermanos y es de apoyo vital para él. Experimentar de alguna manera lo que el otro vive nos ayuda a comprender, sentirlo en carne propia y  concientizarnos. Necesitamos montarnos en el barco del otro, aunque naveguemos por el mismo lago. 

Natalia de argentina: 

Mi hijo típico ha aprendido mucho viéndome orar, llorar, y mirarme vivir la vida con su hermana. Llevar una vida normal dentro del contexto de un diagnóstico catastrófico como dicen los médicos y confiar en Dios. Ella, su hermana con discapacidad y TODOS estamos en las manos de Dios. Llamar a su hermana por su nombre, respetándola, así como lo hacemos con su hermano típico. Nunca cargarlo con responsabilidades que les corresponden a los padres. Sino que viva su rol de hermano, jugando y amándose los dos. Vivir y disfrutar de las cosas que más le gustan a su hermana. Dejar a un lado las expectativas del mundo y lo que es “normal”.

Sara de Baja California:

La primera vez que mi hija me preguntó sobre la condición de autismo de su hermana mayor esta dijo: “¿es cierto que mi hermana no está bien de la cabeza?” Tenía solo 5 años. Me agarró desprevenida esa pregunta. Mi respuesta fue “¿de dónde escuchaste eso?” no me respondió. Entonces, le expliqué que su hermana tiene algo llamado autismo. El autismo es el cerebro trabajando de una manera diferente. Le mostré un video sobre lo que es el autismo en caricatura. Cuando terminó el video le expliqué que todos somos diferentes, pero no inferiores. Que también las personas con autismo tienen sentimientos, y que también quieren tener amistades como cualquier persona. Solo que es les es un mayor reto y que debemos tener empatía y paciencia. Cuando su hermana le contó que no tenía amigos, mi hija la del medio le respondió que ella oraría para que Dios le ayudara a hacer amigos. Me llenó de ternura y de gozo saber que se preocupa por su hermana.

Zazil de Guatemala: 

Le explicamos a nuestra hija las dificultades que tiene su hermano y de qué manera ella puede ayudarlo. Y aunque mi hijo por su condición a veces no demuestra afecto, yo sé que la quiere y que a ella le importa mucho saberlo. Siempre me pregunta, ¿será que mi hermano me quiere? Y yo le respondo que sí, que la ama solo que lo expresa de una manera diferente. Le he explicado que Dios tiene un propósito perfecto para cada uno y que el diagnóstico de mi hijo menor no define el amor de Cristo hacia él.

Adriana de Costa Rica: 

En mi caso con mi hija ha sido complejo. Ella es 6 años mayor que su hermano. El haber estado tanto tiempo como hija única ha sido un reto. Además del cambio, un hermanito con una condición de sordera que necesita tiempo, atención, paciencia, amor y escuchar constantemente nuestras voces para que su cerebro pueda ser estimulado, ha sido un reto para mi hija. Han pasado casi 3 años desde que mi hijo escucha y aún se le hace difícil hablarle a su hermano con naturalidad cómo lo hace con otros niños o primos. Pero yo como mamá llevaba esa carga tan pesada y ya la entregué al Señor. Él es quien obra en nosotros el querer como el hacer por su buena voluntad. Así que la oración es mi aliado número uno.

Jocelyn de Chile: 

Le enseñaría acerca de los mitos que existen sobre discapacidad y le hablaría acerca de los temores que existen a nivel social hacia las personas con discapacidad. Buscaría mostrarle a mi hijo un modelo de discapacidad acorde a la Palabra. (donde converge la condición de la persona y el apoyo a nivel social). Creo que, sin duda, le mostraría el modelo de Jesús, donde tenemos que amar a todos no importando su condición. Enseñar a nuestros hijos sin discapacidad a ver la discapacidad como algo natural. Creo que antes de enseñar directamente a mi hijo, yo como mamá debo trabajar en mi capacitismo, eliminar mitos e informarme acerca de la discapacidad de una manera respetuosa y de esa manera no tendré que hacer el esfuerzo de enseñar a mi hijo, solo es modelar. Le mostraría cuentos, historias acerca de la diversidad, sobre como Dios a todos nos ha creado de una manera distinta y única,

 Te animo que junto a tu hija compartan tiempos devocionales para estudiar algunas de las relaciones en la biblia que honran a Dios en su amor por su hermano o amigo. Juntos como familia pueden aprender cómo Dios muestra su amor entre ellos. Y conocer más el carácter de Dios para luego aplicarlo a sus corazones y vida familiar. Aquí algunos pasajes:

*Exodus 2- Miriam cuida de su hermano Moises

*Genesis 45- A pesar de la traición de sus hermanos, José muestra la gracia y el cuidado de Dios hacia ellos.

*Exodus 3-4: Moises y Aron, hermanos usados por Dios con sus limitaciones y capacidades mostrando la gloria de Dios en unidad y gozo. 

*1 Samuel/2 Samuel David y Jonathan muestran el amor de Dios en sus corazones en cómo se expresaban un amor fraternal sacrificial y comprometido con Dios. 

Tiempo devocional en estas verdades de la palabra: 

*Colosenses 3: 13-15, efesios 4:2, Salmo 19:14

 *Romanos 8:15, Juan 9:1-3 filipenses 2:4, Santiago 2, 2 Corintios 12:9

Juan 15: 12-15 dice: “Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. 

 Anhelo que el consuelo que estas madres han recibido de Dios consuele tu corazón y anime a tu alma a confiar en el Dios de tu salvación. Es mi oración que la sabiduría en las verdades del Señor encontradas en Su Palabra sean esa guía en tu diario vivir, de la mano de Cristo. Testificándole a tu hija en lo cotidiano que el evangelio sí lo cambia todo. Podemos confiar en sus promesas de que Él está trabajando en el corazón de tu hija, en el tuyo y en tu familia. Dios no se cansa y no se olvida. No está intentando ver si su plan funciona en tu familia. Ni mucho menos se le ha escapado tu situación familiar. 

Los cambios y retos que ahora como familia viven están siendo usados para ser transformados a la imagen de Jesús. Testificando al mundo y a su iglesia que todo es para que la gloria de Dios se manifiesta en la vida de hijos con todo tipo de diagnóstico médico. Tu hijo con discapacidad no fue plan B de Dios, ni fue al azar que pasó. Dice Salmo 139:13-14:”Tú formaste mis entrañas; me tejiste en el vientre de mi madre. Te daré gracias, porque he sido hecho de forma maravillosa”. 

El autismo o cualquier otra discapacidad puede verse como una tragedia sin otro propósito y significado que sobrevivir al día. Yo veo, sin embargo, que Dios tiene un propósito en todo lo que ha creado, incluyendo a nuestros niños con algún diagnóstico médico. 

Ve y descansa en tu salvador manso, tierno y humilde. Quien por amor dio su vida en el sacrificio más cruel de la historia para salvarte del pecado y la muerte eterna. El Dios todopoderoso y amoroso te ha puesto como madre de esos hijos preciosos. En sus fuerzas y gracia te llevará por toda situación de Su mano, segura y soberana. 

Con amor, de parte de una hermana con discapacidad. Doy gracias a Dios por tu vida y tu familia, Cecilia Niebla.

@belleza_cristo_discapacidad


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