Featured image

En el blog anterior te hablé de cómo nuestros hijos, y muchas veces nosotras mismas hemos olvidado cómo detenernos y descansar. Hoy quiero que vayamos un poco más profundo:

¿Qué sucede dentro del cerebro de un niño cuando no aprende a descansar?

Déjame contarte algo que me marcó mucho.

Un día, en medio de mi formación en psicología, escuché una frase que me dejó pensando por semanas: “Un niño que no descansa es un cerebro que no se desarrolla en plenitud.”

¡Wow! Jamás lo había visto de esa manera.

Y sabes, después de observarlo en la vida diaria; en mis hijas, en mis pacientes, en los niños que sirvo en mi comunidad; me doy cuenta de que es una realidad que vivimos sin darnos cuenta.

El cerebro infantil necesita pausas reales

El cerebro de nuestros niños no fue diseñado para estar en constante actividad.
¡Fue diseñado para tener ritmos de actividad y de descanso!

En el blog pasado les hablé un poco de esto, ahora te daré más detalles. 

Cuando no permitimos que descansen adecuadamente, esto es lo que sucede:

  • El cerebro se mantiene en estado de alerta.
    Están como “en modo defensa” todo el tiempo, incluso sin un peligro real.
    ¿Te ha pasado que tu hijo, aunque está en casa seguro, parece que vive “a la defensiva”? Todo le molesta, reacciona exageradamente a cualquier corrección, o parece que está “listo para pelear” todo el tiempo… aunque no haya un motivo real. Es como si su cuerpito y su mente no pudieran bajar la guardia, siempre esperando que algo malo pase. Eso es el cerebro en modo alerta.
  • Aumenta el cortisol, la hormona del estrés.
    Cuando nuestros hijos están muy estresados por falta de descanso, lo notamos en cosas cotidianas:
    – Se olvidan de lo que les acabamos de decir.
    – No pueden concentrarse en tareas sencillas.
    – Tienen dificultad para dormirse o se despiertan muchas veces en la noche.
    – Se enferman más seguido o tienen dolores de cabeza o estómago sin explicación.
    Detrás de todo eso… muchas veces hay un cuerpito saturado de cortisol.
  • Se reduce la creatividad.
    El cerebro necesita pausas para procesar información, hacer conexiones y tener ideas nuevas. ¿Has notado que a veces les das tiempo libre y en vez de inventar juegos o actividades, dicen: “Me aburro, no sé qué hacer”?
    Antes armaban castillos con cojines, inventaban historias… pero ahora necesitan estímulos constantes (pantallas, juguetes electrónicos) para entretenerse.
    Cuando el cerebro no tiene momentos de pausa real, pierde la capacidad de crear, imaginar y soñar.
  • Se debilita la autorregulación emocional.
    Un niño que no descansa, fácilmente se frustra, explota o se bloquea. Llora por algo mínimo, se frustra si un dibujo no le sale perfecto, lanza cosas cuando pierde un juego, o simplemente “explota” de un momento a otro.
    No es que “es un niño malcriado” —es que su cerebro está agotado y no logra gestionar lo que siente.
Señales de alerta en casa, tu hijo necesita descaso, chica verdadera

 Y aquí es donde conectamos la ciencia… con la Verdad de Dios. Nuestro cuerpo, mente y espíritu fueron creados para funcionar en un ciclo saludable de trabajo y descanso.

Cuando ignoramos este diseño, no solo agotamos nuestras fuerzas… Desalineamos nuestra vida del plan perfecto de nuestro Creador.

Dios, en su amor, no solo nos da permiso de descansar. ¡Nos manda a hacerlo! El descanso no es para débiles, es para sabios.

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28)

Qué regalo tan precioso… y a veces tan descuidado, ¿verdad?

¿Qué podemos hacer como padres?

Aquí no se trata solo de “agregar siestas” o “poner tiempos de pantalla controlados”.
Se trata de crear un ambiente de descanso real en casa. Algunas ideas sencillas con las que puedes empezar:

  • Establece tiempos de pausa diaria, sin pantallas.
    Que aprendan a disfrutar el silencio, la lectura, y contemplar la naturaleza creada por nuestro Dios.
  • Modela tú primero.
    Que tus hijos te vean sentarte, orar, respirar profundo, descansar sin sentirte culpable.
  • No todo momento necesita ser llenado de actividades.
    El descanso es el primer paso hacia la creatividad y la reflexión.-Habla del descanso como un regalo de Dios. No como un castigo (“vete a descansar porque te portaste mal”), sino como una bendición que Él nos da.

Ahora quiero animarte a pensar en esto:

¿Estoy criando hijos que saben vivir en el ritmo de la gracia?
¿O estoy formando niños que solo saben correr, producir y agotarse?

Te lo digo con todo mi corazón: Todavía estamos a tiempo de hacer un cambio.

Todavía podemos regalarles a nuestros hijos algo que el mundo no les enseñará: El arte de detenerse, respirar, y vivir en el ritmo que Dios diseño para nosotros.

Escrito por Marlene Luna

No te pierdas el próximo blog donde hablaremos de cómo empezar a enseñar a nuestros hijos a descansar… incluso si en casa no sabemos cómo hacerlo todavía.

¿Te gustaría profundizar más en este tema?
Haz clic aquí para registrarte

Lo que el cansancio está haciendo en tu familiaComparte con una amiga.
¡Será un tiempo de bendición para tu familia!

QUIERO INSCRIBIRME


Leave a Reply