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Por Dannah Gresh, fundadora de Chica Verdadera

Lee: Romanos 1:18-32 

“Y Dios dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza… Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó»” (Génesis 1:26-27).

El otro día estaba jugando con mi cuenta de Facebook y me sorprendió descubrir cincuenta y seis opciones de género. Incluyen “transgénero” (para aquellos que sienten que su género es diferente de lo que sugieren sus órganos sexuales), “género fluido” (en caso de que les guste ir en ambos sentidos), “masculino a femenino” (lo que significa que es un cambio de sexo en proceso)… y puedes agregar una sugerencia si no puedes encontrar uno de los cincuenta y seis que se ajuste a tus preferencias. Por favor, no escribas en Facebook y te quejes. No pretendo que boicoteemos a nadie, sino que tomes conciencia de que tus hijos están creciendo en un mundo que no abraza los roles de hombre y mujer, y que habrá mucha presión para que ellos toleren todas las preferencias de género, a menos que, por supuesto, tu preferencia sea aferrarte a los creados por Dios: masculino y femenino. Esto debe estar bañado en oración, mamá.

Lee otra vez Génesis 1:26-27.

“Y Dios dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza… Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó»”.

Hay tantas cualidades de Dios que la humanidad posee. ¿Por qué Dios no menciona los rasgos de ser inteligente, adorador o creativo cuando dice que fuimos creados a Su imagen? ¿Por qué no elogia nuestro dominio de idiomas o nuestra capacidad para componer sonetos? Al parecer, estas no son las cosas que nos hacen ser más un reflejo de Dios, sino que es nuestra masculinidad y nuestra feminidad lo que nos hace como Él. Esto coloca a la humanidad y la sexualidad auténticas en el contexto de la diferenciación masculina y femenina. Nuestra capacidad de parecernos a Él nos obliga a aceptar esas diferencias, no a borrarlas.

El libro de Romanos nos enseña mucho sobre este tema. Ignorar las definiciones de Dios sobre la masculinidad y la feminidad es una negativa rebelde a glorificarlo y un intento de ocultar quién es Él y de quién somos.

El pastor John Piper lo dice de la siguiente manera:

La naturaleza divina de Dios se revela en el universo físico y material. Tanto es así que el versículo 20 dice: “Así que no tienen ninguna excusa” cuando “cambian la gloria de Dios por la gloria de la criatura” (versículo 23), o cuando “intercambian la verdad acerca de Dios por una mentira y adoran y sirven a la criatura en lugar del Creador” (versículo 25).

Pablo está diciendo que el universo material y físico revela la verdadera naturaleza de Dios y Su diseño para que los humanos lo adoren.

Luego Pablo traza un paralelo con la sexualidad humana. Así como la naturaleza física revela la verdad acerca de Dios, la naturaleza física revela la verdad sobre la identidad sexual. No se deja a nuestras preferencias a quién debemos adorar y tampoco quiénes somos sexualmente. Ambas cosas están dictadas por la revelación de Dios en la naturaleza.

El paralelo que traza Pablo es este: por un lado, la cosmología está diseñada por Dios para revelar la verdad sobre Su identidad (poderosa y divina); por el otro, la biología (anatomía) está diseñada por Dios para revelar la verdad sobre nuestra identidad (como hombre y mujer). Esta verdad es tan clara, dice Pablo, que “no tenemos excusa” si no la vemos ni estamos de acuerdo con ella.

En Romanos, el apóstol Pablo también nos pide que rindamos nuestros planes con respecto a nuestro cuerpo y que diariamente hagamos de él un sacrificio vivo con el propósito de glorificar a Dios. Esto incluye cómo trabajamos, vivimos, damos, gastamos e incluso con quién tenemos relaciones sexuales, sin importar cuál “preferencia sexual” pueda estarnos tentando. Esos versículos dicen:

“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (Romanos 12: 1,2).

¿Por qué Dios te hizo mujer?

Porque fuiste creada para contribuir al propósito de la humanidad de glorificar y disfrutar a Dios, y Dios eligió que lo hicieras como mujer. Tú iluminas quién es Dios cuando abrazas el rol de la feminidad porque es en las distinciones masculinas y femeninas que somos la imagen de Dios. Habrá momentos en que esto sea un sacrificio para ti y habrá momentos en que también será un sacrificio para tus hijos.

¿Darás de ti misma (como lo hizo Cristo), renovarás tu mente y te convertirás en una mujer de Dios con discernimiento, para que tu cuerpo sea un hermoso sacrificio vivo? ¿Les enseñarás a tus hijos a hacer lo mismo en este mundo desafiante?

Oración por nuestros hijos basada en Romanos 1:18-32; 12:1-2:

Señor, te presento a mis hijos, (inserta los nombres), y te pido que protejas su masculinidad y feminidad. Creo que la masculinidad y la feminidad reflejan quién eres Tú. Ayúdanos a mí y a mis hijos a sacrificar nuestras vidas como un sacrificio vivo que te glorifique en todo.
En el nombre de Jesús, Amén.


2 respuestas a “Orando por bendición sobre el género tus hijos”

  1. Gabriela Glz. dice:

    Amen

  2. Stephani Vilorio dice:

    Amén

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