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Por Ashleigh Slater

“¿Te acuerdas cuándo el gato de Beezus y Ramona, Picky-Picky, se murió?” mi hija de ocho años, Savannah, me preguntó desde el asiento trasero de nuestro auto. 

Ella se estaba refiriendo a una historia que habíamos leído recientemente, Ramona Por Siempre
(Ramona Forever), de la autora americana Beverly Cleary. Al igual que Beezus y Ramona, nosotros también teníamos un gato en casa. El nuestro era un gato atigrado de dos años llamado Socks, en español Medias, y aunque no estaba muerto si estaba un poco enfermo. 

Horas antes de esta pregunta, habíamos llevado a Socks al veterinario para que recibiera sus vacunas anuales. Pero, poco después de llegar a casa, se había comenzado a comportar de forma extraña e inusual. 

Lo primero en cambiar fue su manera de caminar. Antes se movía de forma flexible y relajada, y ahora caminaba lento y encorvado. Después, su personalidad dulce se tornó agresiva. Siseaba cada vez que intentábamos acercarnos a él. Y, por último, nuestro gato que ama tanto la comida, se negaba a comer. Era obvio que algo andaba muy mal. 

Así que, con mucha urgencia, monté a Socks y a mis tres hijas en el auto. En la oscuridad de ese viernes por la noche, nos dirigimos directamente a una clínica de emergencia para animales. 

Mientras manejaba, Savannah continuaba recordando cosas acerca de nuestra lectura y de su personaje principal, Ramona Quimby. 

“Los padres de Beezus y Ramona no estaban en casa, y tuvieron que enterrar a Picky-Picky en su patio trasero.” ella dijo. “Espero no tener que enterrar a Socks en el patio.” 

El dolor que nos produce ver a nuestras hijas sufrir

Fue difícil ver a Socks sufrir. Pero, como mamá, fue aún más difícil para mi tener que ver a mis hijas sufrir mientras se preocupaban por su preciada mascota.

Tal vez tú te has sentido así, también. Es posible que actualmente, tú y tu familia enfrenten situaciones difíciles que están causando que tu hija experimente dolor e incomodidad. Puede ser que sea por una mascota enferma como nos sucedió a nosotros, o puede ser por el COVID-19 y la cuarentena. También puede ser por problemas de bullying en el colegio, los problemas de salud de un familiar, un divorcio o hasta la muerte de un ser querido. 

El sufrimiento ocurre de diferentes formas y, en cada uno de los casos, es muy doloroso ver a nuestras hijas tener que atravesarlo. Pero, sabemos que, indudablemente, el sufrimiento es algo que tendremos que enfrentar de este lado de la eternidad. Es inevitable, nuestras chicas tendrán que aprender a sobrellevarlo. En Juan 16:33, Jesús dijo a sus discípulos, “en el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido el mundo.” Este versículo se extiende también a nuestras hijas. 

Aunque es natural que, como madres, queramos proteger a nuestras hijas del dolor y el sufrimiento, no les estamos ayudando cuando hacemos esto. Lo correcto es que la preparemos, ya que en el mundo en que vivimos, nadie se escapa de situaciones dolorosas. 

Así que, ¿cómo podemos ayudar a nuestras hijas a entender el sufrimiento de una forma que las equipará para poder sobrellevarlo? Aquí algunas sugerencias.

Háblale a tus hijas acerca de nuestro mundo roto

¿Cuántas veces has escuchado a tus hijas exclamar, “¡Eso no es justo!”? Mis hijas lo dicen tantas veces que he perdido la cuenta, y estoy segura qué lo mismo te sucede a ti. 

Según un articulo publicado por TIME.com, el deseo por justicia que experimentan nuestros hijos es algo con lo que todos nacemos. “Los niños tienen un sentido muy fuerte con relación a lo que es justo y no,” declara el artículo, “una característica que, según indican las investigaciones, es una parte elemental de la moralidad humana.” El artículo continúa diciendo que hasta los niños pequeños “quedan perturbados cuando experimentan situaciones de injusticia … aún cuando no tiene que ver directamente con ellos.” 

Cuando el sufrimiento ocurre, va en contra de la necesidad de nuestras hijas de que la vida sea justa. Esa es la realidad, el sufrimiento no es justo. 

Es en estos momentos de “¡no es justo!” que podemos llevar a nuestras hijas a los primeros capítulos del libro de Génesis y recordarles que vivimos en un mundo roto. 

Según los diccionarios en la web, la palabra “roto” o “rota” significa “averiado, que ha dejado de funcionar.” Esto fue lo que le sucedió al mundo que Dios diseñó cuando el pecado entró en él. Cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios, el mundo perfecto y libre de pecado se rompió. Y, cuando las cosas se rompen, dejan de funcionar como se supone que funcionen.  

Para que nuestras hijas puedan entender mejor el sufrimiento, debemos llevarlas de vuelta a ese momento. Podemos hablarles acerca de las mentiras que la primera mujer se creyó acerca de Dios y su mundo, y como aún tenemos que enfrentar las consecuencias de esas mentiras, hoy. 

Enséñale a tu hija sobre la naturaleza inmutable de Dios 

Cuando el mundo quedó roto por el pecado, todo cambió, pero hay una cosa que permaneció igual: Dios. 

Él era bueno antes de la caída y aún sigue siendo bueno. Él era fiel antes de la caída y aún sigue siendo fiel. Él era amoroso antes de la caída y aún sigue siendo amoroso. El sufrimiento no cambió ni cambia quién Dios es. 

Pero, la realidad es que, es mucho más fácil para nuestras chicas confiar en Él cuando el día a día de nuestras vidas va bien. Es más difícil cuando llegan las circunstancias devastadoras o cuando ocurren situaciones de dolor. 

¿Cómo, entonces, podemos enseñarles a confiar en nuestro Dios inmutable, aún durante el sufrimiento? 

La cultura de nuestro hogar gira alrededor de las historias, tanto las que suceden o sucedieron en vida real como las que son ficticias. Nuestras chicas han aprendido que las buenas historias incluyen situaciones cargadas de drama y que un protagonista que vale la pena animar siempre tiene que atravesar y sobrellevar ciertos obstáculos. Sin estas dificultades, las historias pierden interés. 

Así que, cuando tengo que navegar el terreno difícil del sufrimiento con mis hijas, enfoco sus atenciones en este concepto: que sus vidas son una historia que nuestro Dios inmutable está escribiendo. Les recuerdo que simplemente porque sus historias tienen y tendrán momentos de dificultad, no significa que el Autor es malo o no puede ser confiado. 

No importa lo que suceda, Él sigue siendo bueno, fiel y amoroso. No solo eso, pero que como Dios es un Autor atento, que siempre se mantiene activo en sus vidas, sus historias están escritas con esperanza. 

¿Qué es la esperanza? 

Es un termino que indica que, aún en los momentos más oscuros, Dios promete que caminará de la mano con ellas. No importa que tan difícil la vida se ponga, ellas nunca estarán solas. No importa lo que suceda, ellas pueden tener la confianza y la certeza de que nuestro Dios incambiable está escribiendo una historia que es para el bien de ellas y para la gloria de Él.

Se un modelo para tus hijas cuando atraviesas por momentos de sufrimiento

Como madres, podemos ser tentadas a actuar más valientes de la cuenta cuando llega el sufrimiento. Esto, muchas veces, es un mecanismo de defensa ya que queremos proteger a nuestras hijas de lo que les pueda causar dolor. Sin embargo, el problema está en que el estoicismo no les enseñará a nuestras hijas cómo responder cuando la vida se ponga difícil. Pero, la vulnerabilidad, de acorde a sus edades, si. 

Es por esto, que muchas veces me tomo tiempo para reflexionar acerca de cómo reacciono al sufrimiento. Te animo y recomiendo que hagas lo mismo. Nuestras hijas no solo escuchan lo que decimos cuando vienen los momentos cargados de luchas y decepciones, pero también observan como actuamos y reaccionamos a ellos. Y, están formando sus ideas acerca del sufrimiento basándose en estas observaciones. 

Así que pregúntate si tu hija te observa: 

  • Escudriñando la Palabra de Dios 
  • Pasando tiempo en oración 
  • Pidiendo ayuda a tu comunidad de confianza 
  • Viviendo en tu vida cotidiana lo que le enseñas acerca del sufrimiento 

La próxima vez que tu vida se ponga difícil, fíjate en tu primera reacción. ¿Es, acaso, una reacción que quisieras ver a tu hija imitar cuando ella experimente cosas similares? ¿Le enseña que tú realmente crees las cosas que dices que crees? 

Entrena a tu hija para que sepa hacer memoria de lo que Dios ha hecho

Para poder entender el sufrimiento y cómo responder a él adecuadamente, también tenemos que enseñarles a nuestras hijas a reconocer y recordar la fidelidad de Dios hacia ellas y otros en el pasado. 

En el capitulo cuatro del libro de Josué, Dios motivó a los Israelitas a tener una actitud de remembranza. Él les instruyó que construyeran monumentos conmemorativos, o altares, para que recordaran las cosas que Él había hecho por ellos. 

Nosotras podemos hacer algo similar con nuestras hijas. No podemos simplemente hablar acerca de Dios como el Autor de sus historias, pero podemos utilizar historias, de la Biblia, de la historia, y de sus vidas, para dar ejemplos específicos de la fidelidad de nuestro Dios. Podemos: 

  • Leer acerca de individuos en la Biblia como José, Moisés y Esther 
  • Recordarles cómo Dios ha consolado sus familias en medio de situaciones dolorosas en el pasado 
  • Contemplar las cosas buenas y bellas que han nacido a raíz de estos momentos difíciles en sus vidas 

Un gato atigrado y la fidelidad de Dios en medio del sufrimiento 

Tres horas después de que Savannah recordó la muerte de Picky-Picky, nosotros pudimos conducir de vuelta a casa con Socks en mano. Aunque tuvimos que monitorearlo, sobrevivió. Gracias a Dios, no tuvimos un entierro en nuestro patio trasero. 

Sin embargo, algún día, espero qué en muchos años, tendremos que decirles adiós a nuestras mascotas. Será otro de los muchos momentos en la vida en los cuales mis chicas se enfrentarán con el sufrimiento. Y, cuando lleguen esos días, espero haber preparado a mis hijas de tal manera que puedan confiar en Dios aún cuando las cosas se pongan difíciles. 


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