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Por Dannah Gresh

¿Alguien en tu casa LEVANTA EL VOLUMEN DE SU VOZ durante una llamada de Zoom? Antes del aumento en el uso de Zoom en el 2020, las mujeres no tenían ninguna advertencia de la realidad de que muchos hombres no pueden hablar con un tono normal cuando están en una llamada de Zoom, ¡Esto incluye a mi esposo Bob!

Confesión: Esto hizo que nos levantáramos la voz después de las llamadas de Zoom.

Traducción: Yo no respondí muy bien.

Pero Bob sí lo hizo. Con calma, mejoró la situación al decirme suavemente: “Bajemos un poco nuestro tono”.

No me gustó mi reacción fuerte y enérgica ante un problema tan pequeño e insignificante. Cuando oré por esto, el versículo que Dios me recordó fue:

La respuesta amable calma el enojo…

Proverbios 15:1, NVI

Sentí el suave tirón del Espíritu sobre aprender a expresar mis frustraciones con más delicadeza. Traté de decir el versículo en voz baja cada vez que la conversación entre Bob y yo se complicaba, pero ¿¡adivina qué!? 

No ayudó.

Mi corazón no estaba cambiando.

Tampoco mi tono.

¿POR QUÉ?

Creía la mentira de que mi respuesta áspera era conveniente para mí, pues podría “protegerme”, “abogar” por mí o “defenderme”.

Necesitaba cambiar mi creencia, no solo mi comportamiento, con respecto a la forma en que le respondía a Bob cuando la vida no salía como yo quería. Mi mente requería una transformación interna del Espíritu Santo… una reforma total de cómo pensaba… acerca de cómo abordaba las interacciones molestas y los conflictos.

Todos tenemos conflictos en nuestra vida. A menudo, terminamos tanto en el lado receptor como en el lado emisor de los golpes verbales, pero no deberíamos estar en ninguno de esos lados. La Palabra de Dios nos enseña que el poder de una “respuesta amable” puede cambiar el rumbo de un conflicto y tal vez incluso de una relación.

¿Necesitas algo de ayuda con una relación de mucho conflicto? ¿Te cuesta trabajo controlar tu lengua cuando le respondes a los demás?

Sumérgete conmigo en los primeros cuatro versículos de Proverbios 15, donde descubriremos lo que dice la Palabra de Dios sobre el poder de una respuesta amable.

De hecho, permíteme animarte a que incluso tomes tu Biblia si la tienes cerca. De esa manera aprenderás mucho más del Espíritu de Dios.

“La respuesta apacible desvía el enojo,
pero las palabras ásperas encienden los ánimos.

La lengua de los sabios hace que el conocimiento sea atractivo,
pero la boca de un necio escupe tonterías.

Los ojos del Señor están en todo lugar,
vigilando tanto a los malos como a los buenos.

Las palabras suaves son un árbol de vida;
la lengua engañosa destruye el espíritu”.

Proverbios 15:1-4, NTV

Salomón escribió Proverbios 15 como una especie de guía táctica para sofocar la ira o restablecer la paz cuando surgía un conflicto en las relaciones. Ahora, como rey, en esa posición política, con muchos otros reyes que se oponían a la nación de Israel, esto me lleva a creer que ¡probablemente sí sabía algo sobre cómo resolver conflictos!

¿Por dónde empieza este hombre a guiar a sus lectores a través del conflicto? Comienza con el poder de una palabra amable, o, en la versión de la que estoy leyendo, “una respuesta apacible”.

La respuesta apacible desvía el enojo,
pero las palabras ásperas encienden los ánimos”.

Proverbios 15:1

En otras palabras: Si respondes a tus frustraciones con una respuesta apacible, se calmará tu enojo, PERO si respondes a tus conflictos con palabras ásperas, ¡empeorarás las cosas!

¡Piensa en eso! El poder de las palabras… Las palabras amables tienen el poder de calmar el enojo, O BIEN, las palabras duras tienen el poder de ¡encender aún más los ánimos! ¡Eso no es poca cosa!

El enojo estimula más reacciones involuntarias en nuestro cuerpo que cualquier otra emoción. Eso significa que ¡el sistema nervioso simpático toma el control! El cerebro cierra el flujo de sangre hacia los intestinos y los empuja hacia los músculos para producir una reacción. (Esto es parte de nuestra reacción de alarma). La frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración aumentan. La temperatura corporal se eleva, la transpiración se incrementa (¡Quizás por eso nos referimos a una persona enojada como “exaltada” o decimos que “se calentó”!). En muchos sentidos, una persona enojada no es una persona controlada. ¡Pero Dios dice que una palabra amable puede cambiar todo eso!

No estoy sugiriendo que mientas o que hagas cumplidos huecos. En cambio, te animo a escarbar profundamente debajo de tus erizadas plumas hasta encontrar tu corazón. Mira a esa persona como alguien que Dios valora y ama, y encuentra una manera sincera de elogiarla. ELIGE la palabra amable. 

¡El poder de una PALABRA amable me transforma (y a ti también)!

Tomemos, por ejemplo, a mi dulce esposo Bob… y su alto tono de voz en Zoom. Comencé a aplicar este versículo una y otra vez. Cada vez que sentía aflorar mis emociones… ¡tomaba aire! Y en ese respiro, le pedía al Espíritu de Dios que me controlara.

Y esto pasó: Mi enojo se sofocaba.

Entonces las palabras que salían eran… amables. ¡Porque lo que había dentro había bajado de intensidad! Mientras busco una respuesta más apacible… mi propio enojo se calma. Piensa en esto: La búsqueda de una respuesta amable…

Me cambia a mí y te cambia a ti.

La próxima vez que alguien te haga enojar y sientas que la ira crece dentro de ti… haz una pausa, respira profundamente ¡y responde con una palabra amable!


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