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Por Dannah Gresh

¿Alguna vez te han dicho algo tan horrible o grosero que haya arruinado tu día entero o toda tu semana? ¿O tienes tan grabadas esas palabras que alguien te dijo en el recreo cuando estabas en tercer grado que hasta el día de hoy no las olvidas?

Las palabras tienen poder.

Bueno, ¿qué tal si echamos un vistazo a Malden, Washington? Una ciudad que fue devastada por un incendio forestal en septiembre de 2020.

¿Sabes qué inició este incendio en toda la ciudad que acabó con 120 casas, 8 edificios comerciales y otras 94 estructuras? La rama de un árbol que cayó sobre un cable eléctrico. Eso inició un incendio dentro de la maleza que había debajo. Y, bueno, ya sabemos lo que pasó después.

La caída de una rama de árbol puede parecer algo muy pequeño, pero dejó a 120 familias sin hogar.

Santiago 3:5-6 dice:

“De la misma manera, la lengua es algo pequeño que pronuncia grandes discursos.

Así también una sola chispa puede incendiar todo un bosque. 

De todas las partes del cuerpo, la lengua es una llama de fuego”.

El poder de mis palabras puede ser devastadoramente destructivo. Esto significa  que debería estar atenta a mis palabras todo el tiempo. Si esto es cierto, mis palabras pueden comenzar un gran incendio. ¡Así que tengo que pensar en cada palabra antes de decirla! 

Incluso entonces, creo que todavía fallaría.

Pero, sigamos leyendo.

“Sin embargo, la sabiduría que proviene del cielo es, ante todo, pura y también ama la paz; siempre es amable y dispuesta a ceder ante los demás. Está llena de compasión y del fruto de buenas acciones. No muestra favoritismo y siempre es sincera”.  

Santiago 3:17

Este mes ¡busquemos sabiduría! (Santiago 1:5) Intentemos que nuestras hijas e hijos, y probablemente incluso nosotras mismas, hablemos palabras de vida.

Practiquemos el usar palabras amables y veamos el poder de las palabras en acción porque ¡nuestras palabras tienen poder!


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