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De Dannah Gresh, Fundadora de True Girl

¿Tu hija necesita permiso para llorar? ¿Y tú?

Quiero ser lo más transparente posible para que puedas evitar una trampa en la que he caído. Estoy atrapada en la amargura y lucho por salir de ella.

A más de un año de la primera vez que la mayoría de nosotros escuchamos la palabra “coronavirus”, estoy amargada. Honestamente, no me había dado cuenta de que lo estaba, pero hoy comenzó a tener sentido para mí y espero que tal vez mi claridad te ayude a discernir si esto también está sucediendo en tu corazón.

Probablemente hayas oído hablar de alguien que se amarga con otra persona cuando se niega a perdonar al ofensor, pero ¿es posible que nos amarguen las circunstancias dolorosas?

Creo que la respuesta es sí. Si necesitas un ejemplo bíblico, te señalaría el libro de Rut para ver el corazón de su suegra. Noemí no solo se siente amargada, ella les dice a todos que comiencen a llamarla Mara, o amarga, y, al hacerlo, se identifica ante todo por esta mala emoción.

“Ya no me llamen Noemí”, contestó ella. “Más bien llámenme Mara, porque el Todopoderoso me ha hecho la vida muy amarga”.

Rut 1:20

En lugar de apoyarse en Dios en busca de consuelo, Noemí lo culpa y se amarga. Nosotros también nos amargamos cuando culpamos a las personas, a las circunstancias o a Dios por las desilusiones y el dolor de nuestra vida, en lugar de apoyarnos en los demás y en Dios en busca de consuelo. (Alerta de “spoiler” masivo: no podemos buscar consuelo si no hemos reconocido nuestro dolor).

Últimamente hemos sido probadas en un fuego refinador. El calor no parecía tan intenso al principio, ¿verdad? Y, seamos honestas, algunas han soportado pruebas mucho más dolorosas que otras. Sin embargo, parece que el fuego no se va a extinguir pronto.

Aquí está la cuestión: ¿conoces esa fábula sobre la rana que se hierve viva lentamente? Si bien algunos experimentos del siglo XIX indicaron que la premisa subyacente es verdadera, los biólogos contemporáneos han declarado que es falsa. Una rana que se calienta gradualmente saltará y se saldrá de la olla.

Amiga, no puedo controlar el aumento de la temperatura, pero ¡estoy saltando de la olla de amargura que hierve lentamente! 

En las próximas cuatro semanas, compartiré con ustedes las lecciones que he estado aprendiendo del libro de Rut mientras busco vivir de acuerdo con la Verdad de Dios en el segundo año de una pandemia mundial. Espero que las encuentres útiles.

Lección de vida #1 de Rut: Está bien llorar.

Hace un año, mi carrera estaba hecha de los sueños y esperanzas de mi infancia. Estaba escribiendo mi primer estudio bíblico para mujeres, Habacuc; recientemente me había convertido en coanfitriona del programa “Revive Our Hearts” (Aviva Nuestros Corazones) de mi amiga Nancy DeMoss Wolgemuth, y estaba empacando mi maleta para ir a hablar en una conferencia ante varios miles de mujeres latinas. (Para una niña que soñaba con ser misionera y maestra de la Biblia, ¡parecía que las cosas finalmente encajaban!)

Mi vida personal era bastante prolija y ordenada también. Todas mis amistades estaban encaminadas y, observa esto: nuestras opiniones sobre los principales problemas de la vida estaban unificadas. (¡Quién se iba a imaginar lo frágiles que se volverían!)

Ahora un avance rápido hasta febrero de 2021… en el que me siento … vacía. Y así es como Noemí expresó que se sentía después de un año de dolor que fue, sin duda, mucho peor que el que yo acabo de experimentar. Ella articuló su dolor de esta manera:

“Me fui llena, pero el Señor me ha traído vacía a casa”.

Rut 1:21

Oh sí, así se siente mi año.

¿También tú te sientes vacía?

Un lugar específico que se siente muy vacío son mis oportunidades de escritura y enseñanza. Han sido devorados por la rutina diaria de las tareas administrativas necesarias en True Girl,  junto con otras nuevas responsabilidades que no veía venir. Ha pasado un año completo desde que tuve el lujo de tener días programados regularmente para investigar y sumergirme en lo que Dios me está enseñando para poder compartirlo con otros. Llamé a mi editor y retrasé la publicación de un libro que estaba programado para este año. (Inserta aquí un suspiro grande y triste). Pedirle a un maestro que no aprenda y que empaque lo que aprende para los demás… bueno, ¡es como pedirle a un pez que no nade! Pero quería usar mis “pantalones de niña grande” y hacer lo que fuera necesario para ayudarnos a superar esto.

¿Qué has perdido este año? ¿Qué rincón de tu vida o de tu corazón se siente vacío? Apuesto a que te pusiste tus “pantalones de niña grande” e hiciste lo que tenías que hacer, ¿no es verdad?

Pero tengo que preguntar: ¿habremos olvidado una cosa importante en nuestras listas personales de tareas pendientes de “respuesta a una pandemia global”? ¿Nos habremos olvidado de llorar?

Lo que está sucediendo en nuestro mundo es muy triste y Dios nos regaló una respuesta emocional adecuada. La gente miente, pelea, mata y muere. Hemos perdido empleos, oportunidades, vacaciones y relaciones. Nuestros hijos y nietos necesitan vernos usar la herramienta emocional que Dios creó para que procesemos la decepción y la pérdida. Necesitamos llorar.

Las Escrituras están llenas de consejos para que superemos las aflicciones y las pruebas. Hoy, mientras revisaba algunos de ellos, encontré este precioso tesoro:

“Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo”.

1 Pedro 1:6

Pedro les estaba escribiendo a los creyentes que se habían convertido en refugiados mientras huían de la persecución. Ellos echaban de menos a sus amigos, sus familias, sus trabajos y su “normalidad”. Aunque nuestras circunstancias son ciertamente diferentes, parece que podrían haber pasado por alto algunas de las mismas cosas que nosotros. Y aunque este fragmento de la Escritura nos apunta hacia la esperanza de Cristo, también está unido al permiso para llorar.

Yo me pregunto: ¿No habría evitado Noemí la amargura si tan solo se hubiera tomado el tiempo que necesitaba para llorar y pedirle a Dios que sostuviera su corazón con ternura?

Al principio de este artículo, básicamente dije que nos amargamos cuando alguien nos ha herido o cuando las circunstancias causan dolor en nuestra vida, pero eso no es exactamente cierto: nos amargamos cuando no tenemos una respuesta bíblica apropiada para las personas que nos hieren y las circunstancias que nos decepcionan.

El comienzo de una respuesta piadosa es la tristeza.

He estado haciendo muchas cosas correctas para ayudarme a mí y a otros a superar esta temporada dolorosa, pero olvidé una. No se me ocurrió que necesitaba llorar las pérdidas; después de todo, llegaron muy lentamente. Una a una fui perdiendo pequeñas cosas. Día a día mi vida cambió muy lentamente. Y aquí estoy, sentada en una vida que se ve bastante diferente a la que tenía hace tan solo un (muy largo) año.

El otro día, cuando salí de mi oficina, me di cuenta de cuánto extrañaba mi trabajo como escritora.

Y lloré.

Hoy también lloré por eso.

Tengo la sensación de que esto podría ser el comienzo de algo bueno.

¿Qué has perdido? ¿Qué necesitas llorar? No me refiero solo a las cosas realmente grandes, porque ya clamé a Dios por algunas de ellas. Es solo que no tomé en cuenta las pequeñas cosas por las que necesitaba llorar, y ellas también merecen ser reconocidas.

Echa otro vistazo rápido a 1 Pedro 1:6. No solo procesamos el dolor en las “pruebas realmente grandes” o en las “pruebas verdaderamente horribles”. La gracia y la bondad de Dios nos dejan espacio para “sufrir diversas pruebas”.

Incluso las aparentemente más pequeñas.

¿Estás lista para profundizar en el libro de Rut? ¡Aquí tienes algunas herramientas para ti y tu hija preadolescente!

Chica Verdadera ha publicado un estudio completamente nuevo sobre el libro de Rut para niñas de 8 a 12 años. Rut: Convirtiéndote en una chica leal. Juntas, explorarán temas como la verdadera amistad, cómo encontrar gozo en tiempos difíciles, cómo tratar con personas malas y cómo ver a Dios en medio de las circunstancias dolorosas. Clic aquí para registrarte en el estudio en línea ¡con Marlene y Sara Luna!

Los estudios bíblicos de Chica Verdadera presentan a mujeres importantes de la Biblia para que las niñas puedan aprender de su ejemplo. Los creamos para ayudar a las mamás (y a las abuelas) a enseñar a sus hijas y nietas cómo estudiar la Palabra de Dios. 


9 respuestas a “Hoy lloré”

  1. Damaris dice:

    Que preciosa reflexión, gracias amada hnas por su apoyo en cuento a la sabiduría para guiar a nuestras hijas.

  2. Mariana dice:

    Tioooo lo nesecito

  3. Alexa dice:

    Hermoso realmente, necesitamos llorar por las pérdidas. Y abrazar la verdad del Señor, que el nos ama y nos limpia y purifica a través de ellas.

  4. Lisayabra dice:

    ¡Amen Damaris!

    Lo que por gracia recibimos, por gracia damos.

    Dios te bendiga

  5. me gustaria recibir el enlace para conectarme por whatsapp

  6. agradezco mucho sus mensajes son muy edificantes

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