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Por Dannah Gresh, Fundadora de Chica Verdadera

Vi algo que no puedo olvidar.

Quizás también lo viste tú. Era la grabación de una cámara de seguridad que mostraba a una joven de dieciocho años arrojando cruelmente a su bebé a un basurero.

Se me encogió el corazón esa noche. Simplemente era demasiado.

Mi corazón estaba abrumado por algo más; el video fue simplemente la gota que derramó el vaso. Esa misma semana, fui testigo de… bueno, de tantas otras cosas tristes, oscuras y malvadas. En un programa de entrevistas que vi esa semana, algunos padres fueron lo suficientemente valientes como para presentarse y decir: “¡Nuestros hijos están confundidos!”.

La pregunta en mi cabeza era: ¿Cómo es que los padres cristianos están criando a sus hijos con todo esto?

Vivimos en un mundo poscristiano. Por eso hoy quiero mostrarles un ejemplo bíblico que me anima como madre y abuela en un mundo que es hostil a la verdad.

¡Hablemos de Jocabed!

En caso de que no reconozcas ese nombre, recordemos una época bastante hostil en la historia mundial. El faraón declaró que todos los niños varones nacidos de esclavas israelitas debían ser asesinados.

Entonces el faraón dio la siguiente orden a todo su pueblo: “Tiren al río Nilo a todo niño hebreo recién nacido; pero a las niñas pueden dejarlas con vida”.
Éxodo 1:22

Este hombre quería que todos los bebés varones fueran arrojados cruelmente al río.

Es aquí donde nos encontramos con Jocabed en las páginas de las Escrituras, aunque todavía no sabemos su nombre. Ella y su esposo están esperando un bebé. Imagino que ella oró así: “Dios, por favor, ¡¡¡que sea una niña!!!”. Pero no lo fue. Ella tiene un varón. Y ella, como muchos de nosotros hoy, se encontraba en una situación en la que tenía que decidir entre obedecer el edicto o vivir contracultura y obedecer a Dios.

Jocabed eligió bien y vivió con rectitud. Y la recompensa fue grande. Jocabed es un eje invisible y mayormente anónimo en la liberación del pueblo escogido de Dios. Ella era la madre de Moisés, Aarón Y Miriam, los tres hermanos que Dios usó para sacar a Israel de la esclavitud. Ella y su esposo Amran son elogiados en el salón de la fe de la Biblia.

Fue por la fe que cuando nació Moisés, sus padres lo escondieron durante tres meses. Vieron que Dios les había dado un hijo fuera de lo común y no tuvieron temor de desobedecer la orden del rey.
Hebreos 11:23

Ahora, en este momento de la historia, necesitamos padres cuya fe sea como la de Jocabed y su esposo. Necesitamos hombres y mujeres que no tengan temor de los edictos mundanos. Necesitamos madres y abuelas, padres y abuelos que capaciten a sus hijos para mantenerse firmes y vivir con valor, así como Moisés, Aarón y Miriam.

Acabo de escribir un estudio bíblico para mis dulces preadolescentes de Chica Verdadera. Se titula Miriam: Convirtiéndote en una Chica Valiente. Mientras estudiaba la vida de Miriam para sus hijas, encontré lecciones para mi propio corazón como mujer. Quiero compartir con ustedes dos de las lecciones que he estado aprendiendo de la vida de Miriam, y solo tengo que empezar con una lección de su mamá.

Mucho antes de que Aarón, Moisés y Miriam fueran líderes, Jocabed tuvo que esconder a su bebé, Moisés, del faraón que quería destruirlo. Ella tejió una canasta, se aseguró de que fuera impermeable y puso a su bebé en el río Nilo. Luego ⎯escucha esto⎯ le pidió a su hija preadolescente que cuidara esa canasta, invitándola así a ser parte de un plan muy arriesgado y valiente.

Lección de vida #1 de Miriam (y su mamá): ¡Invita a tu hija a vivir con valentía!

¡Jocabed no iba a entregar a sus hijos al enemigo! Y tampoco huyó del enemigo. Ella no se encogió de miedo.

Éxodo 2 es donde nos presentan por primera vez a Miriam, aunque su nombre aún no está registrado. Muchos estudiosos de la Biblia creen que tenía entre 7 y 12 años. (Precisamente las edades de mis Chicas Verdaderas). Ella era joven. La vemos por primera vez justo después de que Jocabed metió al bebé Moisés en esa canasta y la puso en el río Nilo. Entonces, la Biblia registra esto:

“La hermana del bebé se mantuvo a cierta distancia para ver qué le pasaría al niño”.
Éxodo 2:4

Bueno, ¡pensemos realmente en esto! Jocabed no solo estaba arriesgando a un bebé cuando lo puso en una canasta en el río Nilo. (¿Alguna vez has considerado que ella escondió a Moisés en el mismo lugar que debía ser su tumba?) ¡Jocabed también estaba arriesgando la vida de su dulce hija cuando la invitó a hacer guardia valientemente! Pero, en fe, Jocabed usó el gobierno malvado del hombre como una herramienta de enseñanza. ¡Le enseñó a su hija el temor del Señor! Le enseñó a Miriam a ponerse de pie con valentía.

¿Es eso lo que hacemos en esta cultura poscristiana? ¿Usamos la maldad en nuestro mundo como una oportunidad para invitar a nuestras hijas a levantarse con valor?

Me temo que, como madres, solemos hacer una de dos cosas:

1. Sobreprotegemos: Nunca seríamos la mamá que dejaría a Miriam junto a esas aguas profundas y turbias, y mucho menos para cuidar a un bebé cuya cabeza tenía precio. Lo confieso, he sido la mamá que —cuando una de mis niñas está siendo probada o desafiada— ¡lo arregla! ¡Yo arreglo las cosas! A menudo he sobreprotegido a mis hijas.

2. Dirigimos de más: Aun si dejáramos que nuestra chica montara guardia en el Nilo, sin duda estaríamos allí para hacer el bien y asegurarnos de que ella lo estuviera haciendo bien. Una vez más, y que Dios me perdone, miro hacia atrás y desearía que, en los momentos en que hicimos las cosas simples (hornear brownies o decorar las tarjetas de Navidad), yo hubiera sido mucho menos controladora. Me apresuré a dirigir demasiado.

Me temo que a menudo nos encontramos en algún lugar entre la “mamá helicóptero” y una versión cristiana de la “mamá tigre”. ¿Es así como vamos a criar creyentes adultos y maduros en una cultura poscristiana? ¿Una cultura —déjame recordarte— donde tantos jóvenes adultos se están alejando de la fe?

Ahora, hay sabiduría por aplicar. Discernimiento. Pedir la dirección del Espíritu Santo, pero estar “seguras” no siempre es la mayor prioridad; en cambio, ser obedientes sí lo es. Supongo que quiero presentarte un desafío: ¿Estamos consultando a Dios al criar a nuestros hijos?

Sé que, si se lo pedimos al Espíritu de Dios, seremos más como Jocabed. Criaremos hijas valientes. Debemos invitarlas a correr hacia la obra que el Señor tiene para ellas en este mundo. Si eso suena aterrador, aquí hay un dulce beneficio a considerar: vivir valientemente por la fe echa fuera el temor.

“Oré al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores”.
Salmo 34:4

Mientras tú y tu hija busquen al Señor, mediten en lo que Él tiene para ustedes en este momento y en este mundo, y serán liberadas de sus temores. Vivir valientemente por la fe echa fuera el temor y también produce adultos cristianos que viven un cristianismo REAL. Rebecca McGlaughlin, autora de Confronting Christianity (Confrontando al Cristianismo), ha dicho: “La mejor manera en que puedo preparar a mis hijos para vivir como un adulto cristiano es equiparlos para vivir como un niño cristiano”.

Me gusta eso.

No hay salvación juvenil o una edad de preparación para la Gran Comisión. Si tu hija conoce a Cristo, está llamada a servirle. Hoy. Ahora. Valientemente.

Entonces, ¿qué está pasando en el mundo poscristiano de tu hija? ¿Podría ser que la hostilidad que enfrenta sea en realidad una oportunidad para que ella viva como una verdadera cristiana? Con atrevimiento. Con fe. Con valor.

Permíteme volver a donde comencé, el basurero a donde esa joven de 18 años arrojó a su bebé, lo que demuestra que las madres arrojan a sus bebés. Bueno, ver las imágenes de ese incidente me recordó la “expositio”. Así llamaban a la antigua práctica de abandonar a los recién nacidos no deseados. Era algo común en Grecia y Roma.

¿Dónde abandonaban a esos bebés? ¿En las escaleras de un orfanato? ¿En la comisaría del condado? No. Los antiguos griegos y romanos arrojaban a los bebés en los basureros de las afueras de sus ciudades.

Sin embargo, hace 2000 años, los cristianos eran conocidos por algo en esa cultura PREcristiana. Era algo que parecía extraño para el resto de su mundo. ¡Ellos revisaban los montones de basura! En silencio, rescataban a los bebés, llevándolos a ser parte de sus familias o buscaban a alguien que pudiera criarlos.

Y eso requería mucho coraje. Verás, otros también revisaban esos montones… en busca de bebés que algún día pudieran ser esclavos. Los niños descartados eran una especie de moneda, pero los valientes creyentes estaban allí haciendo guardia por los pequeños que cruelmente habían sido hechos a un lado. 

El día de hoy muchos cristianos siguen siendo parte de ese rescate silencioso. Era el mismo tipo de rescate en el que Jocabed invitó a Miriam a participar. ¿Por qué? Porque son valientes.

¿Estás criando a una hija que estará en esos rangos?

¿Estás criando una hija valiente?


¿Lista para profundizar en una vida de valentía? ¡Aquí hay algunas herramientas para ti y tu hija!

¿Tienes una hija preadolescente? Como mencionó Dannah, Chica Verdadera ha lanzado un estudio completamente nuevo para niñas de 8 a 12 años que está basado en la vida de Miriam. Se llama Miriam: Convirtiéndote en una Chica Valiente. Juntas, explorarán el significado bíblico de la valentía y cinco de las lecciones más importantes que una preadolescente necesita saber para vivir heroicamente ante los ojos de Dios. Tendremos un Estudio Bíblico Virtual que se llevará a cabo con el equipo de Chica Verdadera. Obtén más información para registrarte aquí.

Los Estudios Bíblicos de Chica Verdadera presentan a mujeres importantes en la Biblia para que las chicas puedan aprender de su ejemplo. Los creamos para ayudar a las mamás y a las abuelitas a enseñar a sus hijas y nietas cómo estudiar la Palabra de Dios.


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